sábado, julio 03, 2010

Crónica de una eliminación anunciada.

Tal como se preveía, el seleccionado Argentino que dirige Diego Maradona, quedó eliminado del mundial de Sudáfrica 2010, al caer en los cuartos de final por 4 a 0 ante su similar de Alemania.
Los motivos de la partida del conjunto nacional se pueden encontrar en cuatro puntos que son fundamentales a la hora del análisis, permitiendo entender el por qué de un nuevo fracaso en un torneo de esta importancia, como viene sucediendo a lo largo de los últimos 20 años.
En primer lugar, que el seleccionado nacional, se encontró enfrente de un equipazo, con todas las letras, como es el alemán: ordenado, equilibrado, que supo presionar y que fue superior en la mayor parte del partido a pesar de que el equipo albiceleste tuvo pasajes donde emparejó el encuentro, pero únicamente a fuerza de garra y entrega.
Segundo, la muy buena presión ejercida, por parte de los volantes del conjunto europeo, sobre los mediocampistas y delanteros argentinos, durante todo el cotejo, lo que marcó una clara diferencia entre ambos contendientes.
Tercero, la presencia en la lista que integró el plantel de tres jugadores, que tuvieron minutos durante el mundial, como es el caso de Gabriel Heinze, Maxiliano Rodríguez y Sergio Aguero, que no tienen el nivel como para formar parte de un equipo tan importante como es nada menos que la selección Argentina
Cuarto, y en igualdad de condiciones, la ausencia de un acompañante de Javier Mascherano, que se lo notó muy solo tanto en el encuentro contra México, como en el de hoy, ante los alemanes. y los groseros errores defensivos, sobre todo por el lado de Nicolás Otamendi, sector por donde llegaron la mayoría de los goles de Alemania, y por donde Boateng se hizo un festival, junto con quien se tirara por ese lado.
Crónica de una eliminación anunciada, por todo lo antes mencionado, y por varios motivos más que podrían llegar a mencionarse, pero que sería más de lo mismo, y que no es el momento de tener en cuenta, luego de una derrota que todavía está muy frezca.
Por otro lado, una vez más quedó demostrado que no hay que cantar victoria antes de tiempo, porque como terminó sucediendo, el dolor del fracaso, por más previsible que sea, duele mucho más, cuando se genera una ilusión por algo que no se termina cumpliendo.
Ya llegará el momento de analizar todo lo hecho hasta ahora, ver qué se hizo bien y qué fue mal realizado, para no volver a cometer esos mismos errores durante la Copa América que se viene el año que viene en nuestro país, sobre todo para no fracasar de nuevo ante el público Argentino lo que sería mucho peor aún.