Luego de un año y medio, y en medio de un escándalo, donde se incluye traiciones y mentiras, tal como lo manifiestan los propios protagonistas, Diego Armando Maradona, dejó de ser el entrenador de la selección nacional, y se da algo totalmente atinado, más allá de las formas, que no son para nada correctas.
Está bien que se haya ido Maradona, porque no tuvo un buen desempeño durante el mundial que se desarrolló en Sudáfrica hasta hace unos cuantos días atrás, donde el equipo fue de mayor a menor, terminado dejando una imagen muy negativa y preocupante, que lo único que hace es dar para pensar qué méritos vieron los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino en el propinio diez de la selección para darle semejante cargo.
El propio Maradona, manifestó en un comunicado de prensa, que el presidente de la AFA; Julio Grondona, le dijo que estaba satisfecho con su trabajo, pero debía cambiar a parte de su cuerpo técnico, lo que el máximo dirigente de la casa del fútbol, reconoció que era verdad, en parte, aunque no dijo si también le pidió explicitamente que cambie a sus colaboradores.
Estas declaraciones, son claves, como todo lo que se dice en el vestuario de un partido porque ahí es cuando realmente se nota cuanto le importa al presidente el entrenador que tiene a su cargo, en los momentos malos, como una derrota en un mundial, y posterior eliminación,
Se puede decidir cambiar un entrenador, o mantenerlos, pero siempre hay que cuidar las formas algo que acá no se cuidó, bajo ningún concepto. Se maltratan unos y otros y se dicen cosas por detrás, y eso no es de buena gente.
Es hora de que se dejen de lado los egos y los orgullos y se piense de una vez por todas en la selección, porque al fin y al cabo es lo que cuenta y porque no se gana nada con semejante situación, más allá de cómo venga la mano.
Si se va a decir una cosa, debe cumplir, uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. pero las formas son fundamentales en todo trabajo, y el cargo de entrenador de la selección Argentina, no es la excepción.
aquì el lector encontrarà un anàlisis de la actualidad en todos los sentidos, preferentemente en cuanto a lo que va pasando a nivel personal, tanto en la iglesia evangélica a la que asisto, como a su vez también a nivel personal, pero con más énfasis en lo que tiene que ver con lo religioso.
jueves, julio 29, 2010
sábado, julio 03, 2010
Crónica de una eliminación anunciada.
Tal como se preveía, el seleccionado Argentino que dirige Diego Maradona, quedó eliminado del mundial de Sudáfrica 2010, al caer en los cuartos de final por 4 a 0 ante su similar de Alemania.
Los motivos de la partida del conjunto nacional se pueden encontrar en cuatro puntos que son fundamentales a la hora del análisis, permitiendo entender el por qué de un nuevo fracaso en un torneo de esta importancia, como viene sucediendo a lo largo de los últimos 20 años.
En primer lugar, que el seleccionado nacional, se encontró enfrente de un equipazo, con todas las letras, como es el alemán: ordenado, equilibrado, que supo presionar y que fue superior en la mayor parte del partido a pesar de que el equipo albiceleste tuvo pasajes donde emparejó el encuentro, pero únicamente a fuerza de garra y entrega.
Segundo, la muy buena presión ejercida, por parte de los volantes del conjunto europeo, sobre los mediocampistas y delanteros argentinos, durante todo el cotejo, lo que marcó una clara diferencia entre ambos contendientes.
Tercero, la presencia en la lista que integró el plantel de tres jugadores, que tuvieron minutos durante el mundial, como es el caso de Gabriel Heinze, Maxiliano Rodríguez y Sergio Aguero, que no tienen el nivel como para formar parte de un equipo tan importante como es nada menos que la selección Argentina
Cuarto, y en igualdad de condiciones, la ausencia de un acompañante de Javier Mascherano, que se lo notó muy solo tanto en el encuentro contra México, como en el de hoy, ante los alemanes. y los groseros errores defensivos, sobre todo por el lado de Nicolás Otamendi, sector por donde llegaron la mayoría de los goles de Alemania, y por donde Boateng se hizo un festival, junto con quien se tirara por ese lado.
Crónica de una eliminación anunciada, por todo lo antes mencionado, y por varios motivos más que podrían llegar a mencionarse, pero que sería más de lo mismo, y que no es el momento de tener en cuenta, luego de una derrota que todavía está muy frezca.
Por otro lado, una vez más quedó demostrado que no hay que cantar victoria antes de tiempo, porque como terminó sucediendo, el dolor del fracaso, por más previsible que sea, duele mucho más, cuando se genera una ilusión por algo que no se termina cumpliendo.
Ya llegará el momento de analizar todo lo hecho hasta ahora, ver qué se hizo bien y qué fue mal realizado, para no volver a cometer esos mismos errores durante la Copa América que se viene el año que viene en nuestro país, sobre todo para no fracasar de nuevo ante el público Argentino lo que sería mucho peor aún.
Los motivos de la partida del conjunto nacional se pueden encontrar en cuatro puntos que son fundamentales a la hora del análisis, permitiendo entender el por qué de un nuevo fracaso en un torneo de esta importancia, como viene sucediendo a lo largo de los últimos 20 años.
En primer lugar, que el seleccionado nacional, se encontró enfrente de un equipazo, con todas las letras, como es el alemán: ordenado, equilibrado, que supo presionar y que fue superior en la mayor parte del partido a pesar de que el equipo albiceleste tuvo pasajes donde emparejó el encuentro, pero únicamente a fuerza de garra y entrega.
Segundo, la muy buena presión ejercida, por parte de los volantes del conjunto europeo, sobre los mediocampistas y delanteros argentinos, durante todo el cotejo, lo que marcó una clara diferencia entre ambos contendientes.
Tercero, la presencia en la lista que integró el plantel de tres jugadores, que tuvieron minutos durante el mundial, como es el caso de Gabriel Heinze, Maxiliano Rodríguez y Sergio Aguero, que no tienen el nivel como para formar parte de un equipo tan importante como es nada menos que la selección Argentina
Cuarto, y en igualdad de condiciones, la ausencia de un acompañante de Javier Mascherano, que se lo notó muy solo tanto en el encuentro contra México, como en el de hoy, ante los alemanes. y los groseros errores defensivos, sobre todo por el lado de Nicolás Otamendi, sector por donde llegaron la mayoría de los goles de Alemania, y por donde Boateng se hizo un festival, junto con quien se tirara por ese lado.
Crónica de una eliminación anunciada, por todo lo antes mencionado, y por varios motivos más que podrían llegar a mencionarse, pero que sería más de lo mismo, y que no es el momento de tener en cuenta, luego de una derrota que todavía está muy frezca.
Por otro lado, una vez más quedó demostrado que no hay que cantar victoria antes de tiempo, porque como terminó sucediendo, el dolor del fracaso, por más previsible que sea, duele mucho más, cuando se genera una ilusión por algo que no se termina cumpliendo.
Ya llegará el momento de analizar todo lo hecho hasta ahora, ver qué se hizo bien y qué fue mal realizado, para no volver a cometer esos mismos errores durante la Copa América que se viene el año que viene en nuestro país, sobre todo para no fracasar de nuevo ante el público Argentino lo que sería mucho peor aún.
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